Cuando alguien te dice «Tú y la carabina de Ambrosio» debes saber que te ha llamado «Bueno para nada».
Literalmente inútil.
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Pero...
¿Sabes de donde viene esta frase?
¿Quién es ese tal Ambrosio?
¿Por qué no cargaba esa condenada carabina?
Aquí la respuesta:
Dicen los que saben, que el buen Ambrosio era un hombre de campo en Sevilla de principios del siglo XIX, cansado de vivir en la pobreza, debido a las malas cosechas, a pesar del duro trabajo. Se quiso convertir en ratero. Pero era un hombre tan noble y bueno que los atracados siempre se reían de él pues sabían que sería incapaz de hacerles daño. Por lo que la carabina no le servía para nada.